"Cassandra": El corazón de la máquina
Netflix, en 2025 nos trae esta serie con ambientación retro que se desarrolla en una antigua casa inteligente en Alemania con un toque escalofriante, la asistente virtual robotizada que controla el inmueble.
CINE Y PSICOLOGÍA
Berta Matarán
7/5/20252 min read


El diseño del cartel es el primer factor cautivador, que resume en una sola imagen algo que despierta la curiosidad, una cara sonriente desdibujada.
Esa apariencia de mueca forzada en el rostro de Cassandra puede presentarse en cada uno de nosotros con demasiada frecuencia cuando no nos mostramos como somos ante los demás. Por otro lado, la presencia de pantallas en todas las habitaciones de la vivienda representa el exceso de control que ejercemos cuando no nos permitimos ser nosotros mismos y toda nuestra vida se convierte en un escenario que hay que vigilar.
La aportación más interesante a nivel psicológico, es darnos cuenta de que habitualmente vivimos nuestra existencia bajo estos parámetros. Esta expresión de forzada alegría en el rostro de Cassandra en cada estancia de la casa simboliza algo inquietante y manifiesto en los seres humanos, la falta de autenticidad. El bloqueo emocional nos arma en un personaje y subsistimos dentro de una vida robotizada.
Es necesario señalar que tenemos el derecho y la responsabilidad de arriesgarnos a mostrar lo que sentimos, porque sólo las emociones nos van a indicar el camino. Todos somos de una u otra forma Cassandra cuando dejamos de atender nuestra llamada interior, cuando expresamos una cosa cuando en realidad es otra o cuando decimos que sí cuando queremos decir no. Esta es la gran traición sobre la que construimos la identidad adulta. Es un delirio no tan distinto al de ella.
Amamos tanto que asfixiamos a los seres más queridos. Paradójicamente, cuanto más los controlamos menos está la vida bajo nuestro dominio, tal y como ocurre en la historia, donde va aumentando progresivamente el malestar y el caos. Tal y como hace Cassandra, en lugar de centramos en resolver los problemas de nuestros hijos, como madres y padres tenemos justamente el compromiso de mirar a nuestros miedos a la cara y de mostrarnos genuinos ante ellos. Este es el mejor legado que les podemos dejar, enseñarles que también tenemos miedo, que estamos tristes o enfadados o que nos equivocamos. En ocasiones, las posiciones absolutas con las que nos mostramos ante nuestros hijos nos ponen en el orden de la psicopatía. Como seres humanos es necesario dudar y mostrarnos vulnerables, sólo de ahí saldrá la certeza que les queremos transmitir.
Finalmente, lo más conmovedor es ser capaces de empatizar con la coraza de hierro para darnos cuenta de que el único deseo subyacente es el de amar y que esto es proyectado en un empeño conmovedor de mantener el hogar a salvo. Dejar de juzgar a Cassandra es lo mismo que dejar de juzgarnos a nosotros mismos porque entendemos que a todos nos mueve el genuino deseo de ser queridos.